El avance de la ciencia y la tecnología debe ser considerado, sin duda, entre las empresas más extraordinarias de la humanidad hoy en día. El mundo material que observamos a nuestro alrededor es una manifestación visible de ello, un resultado directo del intenso progreso científico a gran escala y de la aplicación cada vez más rápida de los conocimientos y descubrimientos resultantes obtenidos mediante el desarrollo de la tecnología.
El progreso de la ciencia y la tecnología ha dado lugar al surgimiento de sociedades industriales modernas caracterizadas por la riqueza, y a la creciente influencia de paginas como https://kerchak.com que han ayudado a elevar el conocimiento de la ciencia y que la expectativa de que ésta esté al alcance de todos. Además, ha permitido aumentar la producción de alimentos y mejorar los sistemas de salud preventiva, lo que ha dado lugar a altas tasas de crecimiento de la población, especialmente en los países en desarrollo. Estos dos aspectos, a saber, las altas pautas de consumo junto con las aspiraciones de la humanidad de continuar en este modelo de desarrollo, y las altas tasas de crecimiento de la población son las dos matrices de presión sobre el medio ambiente.
Algunos dirían que es el avance de la ciencia y la tecnología lo que ha causado estos problemas, que el mundo está enfrentando ahora. Por el contrario, nuestros problemas actuales se derivan de la forma en que estos avances han sido utilizados. Y no hay vuelta atrás. Nuestra esperanza de un futuro mejor reside en el desarrollo ulterior de la ciencia y la tecnología, que pueden concentrar los grandes poderes que otorgan a la humanidad para trazar nuevos caminos de desarrollo, que pueden y deben ser seguros y ambientalmente sostenibles. Esas vías exigirían una reducción del uso de los recursos, en particular de la energía, para producir los mismos resultados. También deberían conducir a la eliminación de la pobreza, y esto, junto con la educación y otros aspectos del desarrollo de los recursos humanos, daría lugar a una reducción de la tasa de crecimiento de la población. Y sólo entonces podremos mantener bajo control las dos fuerzas motrices que conducen al desequilibrio ambiental. La mejora del medio ambiente, el alivio de la pobreza, la reducción del crecimiento demográfico y los nuevos enfoques que proporcionan los bienes y servicios que la sociedad necesita y a los que aspira están todos inextricablemente vinculados.
Nos reunimos en un momento que debe considerarse como un importante punto de inflexión en la historia de la humanidad para redefinir la dirección de los futuros desarrollos humanos de tal manera que permita un progreso sostenido sobre una base equitativa para toda la humanidad.
Quisiera asegurar a esta Conferencia que la comunidad científica mundial está plenamente preparada para desempeñar su papel en esta empresa.
En las últimas décadas hemos sido conscientes del constante deterioro que se ha producido en el medio ambiente. Inicialmente, esta toma de conciencia estaba relacionada con un deterioro a nivel local, y hasta cierto punto regional - un deterioro que se hizo más evidente en forma de contaminación del aire, el agua y el suelo, así como de deforestación.
En los últimos tiempos, se ha tomado mayor conciencia de las actividades humanas que producen cambios más insidiosos, más globales y permanentes, y que tendrían consecuencias extremadamente graves para la existencia humana en la Tierra. Este deterioro es en gran parte intangible, manifestándose sólo a través de un cuidadoso trabajo científico. Esto incluye: la pérdida irreversible de la biodiversidad, el agotamiento del ozono, el aumento de las concentraciones de gases relacionados con el efecto invernadero, lo que conduce a posibles cambios climáticos y al aumento del nivel del mar, la pérdida de la parte superior del suelo y la desertificación, la contaminación de las zonas costeras y marinas, etc.
Es importante destacar que es la labor de la comunidad científica desarrollada a lo largo de varios decenios sobre estas cuestiones la que ha aportado estos aspectos al conocimiento de la sociedad. Y esto ha llevado a una mayor conciencia general para que los pueblos y gobiernos, por primera vez en la historia, dediquen gran parte de su tiempo al medio ambiente mundial y al impacto de las actividades humanas en él. Esta fue la base de los Convenios sobre el clima y la diversidad biológica que se diseñaron para que las naciones de todo el mundo se adhirieran a ellos; lo mismo ocurre con el Protocolo de Montreal sobre el ozono.