La utilización de plasma rico en plaquetas es muy reciente. Su descubridor: el doctor Eduardo Anitua, fue el primero en utilizarlos para la realización de implantes bucales. El resultado: un implante dental perfecto. Después se utilizó en Traumatología para tratar fracturas conminutas, es decir, hechas cachitos. Estos resultados tan extraordinarios hicieron que la técnica se extendiera a otras aplicaciones y disciplinas médicas. De ahí que, por ejemplo, los oftalmólogos empezaran a utilizarlo para curar úlceras corneales y otras lesiones oculares y que en el campo de la Medicina Estética, hace algo más de tres años, se emplee para regenerar y rejuvenecer la piel, entre otros usos.
Las plaquetas liberan los factores de crecimiento que se encargan, fundamentalmente, de estimular la regeneración celular, aumentar la formación de nuevos vasos sanguíneos y producir nuevo tejido. Es decir, activan el organismo en la zona donde se liberan ayudando a reconstruir el tejido dañado, efecto reparador que se aprovecha para rejuvenecer la piel.
Uno de esos factores, el llamado factor de crecimiento epidérmico, fue el primer polipéptido aislado y caracterizado como factor de crecimiento y es capaz de inducir la proliferación de queratinocitos y fibroblastos, estimular la angiogénesis y aumentar el grosor de la piel, devolviéndole su elasticidad y firmeza, además, aumenta la vascularización de la zona donde se aplica, favoreciendo la aparición de nueva piel, disminuyendo los efectos sobre la misma de la oxidación celular y eliminando las arrugas.
Descubierto en 1960, el Epidermal Growth Factor supuso una auténtica revolución en el campo de la biología de la proliferación y la queratinización de tejidos epidérmicos, cuando se observó que esa proteína aceleraba la proliferación de la epidermis en cualquier cultivo de células epidérmicas. Por lo que hoy, los magníficos resultados que se obtienen con su aplicación para acelerar la cicatrización de quemaduras, tratar queloides, acné y estrías, mejorar los resultados de tratamientos de todo tipo (incluso quirúrgicos), favorecer la consolidación de injertos de piel, así como la aplicación post-peeling o como tratamiento de base incorporado a los cosméticos, siguen sorprendiendo a los expertos.
Esta proteína, producida especialmente en las llamadas glándulas de Brunner del duodeno y en menor cantidad en las glándulas submandibulares, se encuentra en casi todos los fluidos corporales.
En el caso de la piel los resultados son aún más espectaculares porque se aprecian fácilmente, regulan la remodelación de la epidermis y de la dermis e influyen en la apariencia y textura de la piel. Con ellas se provoca la regeneración celular y la piel mejora, porque producen una mayor y más rápida revascularización de la misma. Además estimulan la producción de glicosaminoglicanos, fibras colágenas y elásticas necesarias para sustituir las estructuras alteradas por el envejecimiento.
Los factores de crecimiento:
factores de crecimiento en estetica
* regulan funciones esenciales para la regeneración, remodelación y reparación de los tejidos
* tienen la capacidad para atraer y orientar a las células hacia el lugar en que son necesarias
* actúan en la división celular para producir células nuevas
* favorecen el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos
* activan la síntesis de la matriz celular
De ahí que los profesionales de la salud que los utilizan para aplicaciones estéticas y cosméticas refieran:
* un aumento del grosor de la epidermis
* una recuperación de su consistencia elástica
* una mejoría de la revascularización
* una mayor tersura de la piel
Además favorecen una repitelización más rápida, disminuyen las molestias que sufre el paciente y mejoran los resultados de los distintos tratamientos. Pero lo que también supone una gran ventaja es que al ser autólogos, es decir, extraídos del propio paciente, no producen alergias, rechazo o contagio de enfermedades. Esto permite afirmar que en principio no existe ninguna contraindicación absoluta, ya que lo que se utilizan son proteínas del propio paciente. Por eso es útil para cualquier persona, independientemente de su edad o condición y casi para cualquier disciplina médica, incluida la estética.
Función del PDGF (Factor de Crecimiento derivado de plaquetas)
El PDGF tiene un papel importante en la embriogénesis, en particular en el desarrollo del riñón, vasos sanguíneos, pulmones y sistema nervioso central. En estos órganos, el PDGF es importante para las células derivadas del tejido conectivo, entre ellas los pericitos, los fibroblastos alveolares, las células mesangiales del riñón y las células glía. También el PDGF tiene un papel importante en la curación de heridas en el adulto, ya que estimula la mitogénesis y quimiotaxis de los fibroblastos y células musculares lisas. También estimula la quimiotaxis de los neutrófilos y los macrófagos.
Ozono y factores de crecimiento
La razón por la que a veces se utiliza ozono con los factores de crecimiento, es porque es un potente desinfectante, antibacteriano, antivírico y antimicótico y además posee una extraordinaria capacidad antioxidante y por lo tanto, al tiempo que estimula la desintoxicación ayuda a oxigenar el tejido.
Si el paciente ya está recibiendo sesiones de Ozonoterapia se reserva una pequeña cantidad de su sangre y se utiliza para extraer las plaquetas partiendo de esa sangre ya ozonizada. La otra opción, si el paciente no está sometiéndose a un tratamiento de Ozonoterapia, es proceder a la extracción de un poco de sangre, obtener las plaquetas y luego ozonizarlas en el interior de la propia jeringa que se utiliza para la reinyección en la piel.
Aunque la utilización de factores de crecimiento por sí solos permite ya obtener resultados excelentes, los casos en los que se enriquece con ozono se debe a otras razones, por ejemplo para aquellos casos en los que se necesita un apoyo extra para lograr la regeneración de la piel, este es el caso de los fumadores o de los que sufren un grave envejecimiento de la misma por excesiva exposición al sol.